Es lo que me pediste, una puerta. Para no echarme de menos. Por ella entras directamente a mi habitáculo. Desde donde estás.
No puedo explicarte cómo funciona con palabras (un conjunto de figuras geométricas imposibles que dan vueltas).
Tiene un entorno, se lo he puesto ahí sólo para que tenga uno. Es un callejón; en el suelo crece la hierba, y es tan largo como a ti te apetezca caminar.Puedes venir, mirar y volver; puedes entrar, darme un beso y marcharte.
O puedes quedarte.
En vez de mirilla, tiene una escotilla, para que puedas ver todos los ángulos (a veces me duermo en un rincón a los pies de la cama o me quedo en cuclillas en la esquina del armario).
La farola es muy fea, pero me salió sola. Como a tí te gusta idear lámparas, he pensado que cuando tengas un rato puedes hacerla tú. Yo me ocupo de los tornillos y la electricidad. Si quieres, en vez de farolas, te puedes inventar una luna. Yo me encargo de fijarla para que brille siempre, aunque llueva.
Porque llueve por lo menos tres días todas las semanas. Así entrarás mojada, te quitarás la camiseta, y yo me quitaré la mía para abrazarte. Por eso he puesto un toldo, y te he dejado un paraguas, para que no manches el suelo cuando vuelvas.
Hay una campana con un cordel, para llamar. Yo siempre dejo la puerta abierta para ti, pero a veces se me va la pinza y me encierro, ya sabes.
Deja los zapatos en la entrada.
Ten en cuenta que si no me avisas de que estás fuera, creeré que estoy solo, y puede que me veas haciendo el tonto: teniendo conversaciones conmigo mismo en voz alta, cantando en falsete o haciendo ruiditos agudos y graves alternativamente. Ese tipo de cosas.
Si estoy mirando al techo y sonriendo, probablemente estoy pensando en ti.
Si estoy sentado en un rincón llorando, muy posiblemente estoy pensando en ti.
Si estoy masturbándome, casi seguro, estoy pensando en ti.
Si me golpeo la cabeza contra la pared hasta sangrar, con toda seguridad estoy pensando en ti.
Estés o no estés, siempre estás.
Si vienes y no entras, pon una chincheta en la puerta. Para que yo sepa que has estado. Quiero esforzarme en ser transparente, pero necesito saber en qué lugar estás hurgando.
De todas formas, prefiero que te quedes.